Querido pueblo de Puerto Rico,
He tomado mi tiempo para reflexionar mucho sobre las controversias políticas de nuestro país. No sé por qué me han involucrado dentro de la controversia del dichoso video ese. Yo no tengo la culpa que mi colega Carlos Díaz sea un depravado y se comporte lascivamente con esas mujeres. No tengo nada que ver con sus infidelidades o su falta de integridad. Creo que es muy vergonzoso para ustedes, mi querido pueblo puertorriqueño, que tengan un servidor tan depravado. A mí nunca me cogerán con las manos en las masas...se los aseguro. No existe ni existirá nunca ningún video que me incrimine de ninguna manera. Si hubiese algo así jamás llegaría a la luz pública...digo, nunca saldría a la luz nada porque yo nunca haría nada incriminatorio, como ustedes muy bien saben. ¿Ustedes de veras quieren un político como este Díaz que anda por ahí pegándole cuernos a su esposa? ¿O prefieren que sus políticos sean como yo, un hombre digno que jamás traicionaría a nadie? Creo que la respuesta es obvia. Si todo esto salió a relucir es porque ustedes necesitan saber quiénes son los que los representan. No podemos permitir la presencia de políticos que no estén a la altura de nuestro pueblo. Así que tenemos que repensar la participación en el senado de políticos como estos. También cabe pensar sobre el caracter moral del dichoso presidente McClintock. Si Carlos Díaz respalda a Kenneth es porque comparten la misma flojera moral y la misma incompetencia política. Son corruptos...yo sé muy bien reconocerlos, tanto como si me estuviese mirando en el espejo. Así que confíen en mis palabras.
También se me ha criticado mucho por mis últimas intervenciones en el senado. ¿De veras es tan inpensable que alguien pueda cambiar de opinión? Como si yo hiciera las cosas por chavar a McClintock. El hecho de que haya decidido en contra de lo que él quería era casualidad, yo solamente pensaba en lo que era mejor para Puerto Rico. No creo que a ustedes les gustaba la idea de invertir más dinero innecesario en los municipios. ¿A quién le importa? Ese dinero me lo pueden dar a mí en vez que yo sí que sé usarlo!!
Bueno, allá los politiqueros fanáticos con sus tonterías. Yo por mi parte continuaré comportándome con la dignidad que siempre se espera de mí.
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